miércoles, 28 de noviembre de 2007

LUVIAS ACIADAS


Lluvias acidas

La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo. En interacción con el vapor de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.

Los contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, trasladándolos los vientos cientos o miles de kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna, granizo, nieve o niebla. Cuando la precipitación se produce, puede provocar importantes deterioros en el ambiente.

La lluvia normalmente presenta un pH de aproximadamente 5.6 (ligeramente ácido) debido a la presencia del CO2 atmosférico, que forma ácido carbónico, H2CO3. Se considera lluvia ácida si presenta un pH de menos de 5 y puede alcanzar el pH del vinagre, pH 3. Estos valores de pH se alcanzan por la presencia de ácidos como el ácido sulfúrico, H2SO4, y el ácido nítrico, HNO3. Estos ácidos se forman a partir del dióxido de azufre, SO2, y el monóxido de nitrógeno que se convierten en ácidos. Los hidrocarburos y el carbón usados como fuente de energía, en grandes cantidades, pueden también producir óxidos de azufre y nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo. En interacción con el vapor de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.

El niño

Se conoce con el nombre de "El Niño", no solamente a la aparición de corrientes oceánicas cálidas en las costas de América, sino a la alteración del sistema global océano-atmósfera que se origina en el Océano Pacífico Ecuatorial (es decir, en una franja oceánica cercana al Ecuador), generalmente durante un periodo comprendido entre diciembre y marzo.

La aparición de las aguas cálidas fue identificada por los pescadores peruanos siglos atrás, quienes le dieron el nombre de El Niño en referencia a la llegada del niño Dios, porque se observaban a finales de diciembre, cerca de la Navidad.

Este fenómeno se presenta a intervalos de dos a siete años y se caracteriza porque la superficie del mar y la atmósfera sobre él presentan una condición anormal durante un período que va de doce a dieciocho meses.

El fenómeno se inicia en el Océano Pacífico Tropical, cerca de Australia e Indonesia, y con él se altera la presión atmosférica en zonas muy distantes entre sí, se producen cambios en la dirección y en la velocidad de los vientos y se desplazan las zonas de lluvia en la región tropical.

En condiciones normales, también llamadas condiciones No-Niño, los vientos Alisios (que soplan de este a oeste) apilan una gran cantidad de agua y calor en la parte occidental de este océano. El nivel superficial del mar es, en consecuencia, aproximadamente medio metro más alto en Indonesia que frente a las costas de Perú y Ecuador. Además, la diferencia en la temperatura superficial del mar es de alrededor de 8º C entre ambas zonas del Pacífico

Mareas negras

Al oír hablar de Marea negra a todos se nos viene a la cabeza las imágenes de una gran mancha negra flotando sobre el mar; aves impregnadas de petróleo; playas cubiertas con una capa negra, etc. Pero los desastres que se producen cuando se derraman hidrocarburos al medio marino son, si cabe, más graves, puesto que un litro de crudo ocupa sobre el agua una superficie equivalente a la medio campo de fútbol. Estos vertidos de hidrocarburos producen daños en el ecosistema marino (plancton, sedimentos, etc.), en el ecosistema terrestre si alcanza la costa (playas y rocas), a la fauna y en especial a las aves. El deterioro paisajístico que se produce es increíblemente grande, pero también se producen grandes pérdidas económicas en la zona afectada, tanto en la pesca como en el turismo asociado.

En el mundo se consumen al día alrededor de 60 millones de barriles de petróleo (9.540 millones de litros). Este petróleo llega principalmente transportado por grandes barcos petroleros. Los vertidos, filtraciones y derrames que se producen, bien por accidentes o por actividades de limpieza y otras operaciones de los barcos, han provocado que las principales rutas marítimas estén contaminadas por hidrocarburos. El mar Mediterráneo, por ejemplo, es uno de los más contaminados debido a que no posee mareas y no se produce una dispersión natural de los hidrocarburos vertidos (bien por accidentes o por operaciones de limpieza).

Dióxido de carbono

El dióxido de carbono, también denominado óxido de carbono (IV) y anhídrido carbónico, es un gas cuyas moléculas están compuestas por dos átomos de oxígeno y uno de carbono. Su fórmula química es CO2.

Su representación por estructura de Lewis es: O=C=O. Es una molécula lineal y no polar, a pesar de tener enlaces polares, esto se debe a que dada la hibridación del Carbono la molécula posee una geometría lineal y simétrica.

Acuíferos

El modelaje de acuíferos es una técnica utilizada desde hace algunas décadas para el estudio del potencial de los acuíferos y para analizar el comportamiento de estos, a lo largo del tiempo, cuando son explotados por pozos, o se someten a procesos de recarga artificial[1] .

Los modelos han ido evolucionando rápidamente, en paralelo con la evolución de la capacidad de los modernos computadores y con los rápidos procesos que se han verificado en el campo de los procedimientos de cálculo numérico. A lo largo de los años se han utilizado sucesivamente los modelos físicos, los modelos analógicos y recientemente han ocupado un espacio cada vez mayor los denominados modelos matemáticos.

Efecto invernadero

Se llama efecto invernadero al fenómeno por el que determinados gases componentes de una atmósfera planetaria retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por la radiación solar. Afecta a todos los cuerpos planetarios dotados de atmósfera. De acuerdo con el actual consenso científico, el efecto invernadero se está viendo acentuado en la Tierra por la emisión de ciertos gases, como el dióxido de carbono y el metano, debida a la actividad económica humana.

Este fenómeno evita que la energía del Sol recibida constantemente por la Tierra vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala planetaria un efecto similar al observado en un invernadero.

Reducción de la capa de ozono

Las investigaciones realizadas acerca del ozono y la atmósfera durante los últimos 40 años han llevado a la prohibición global de la producción de CFC. Desde 1987, más de 150 países ratificaron un acuerdo internacional, el Protocolo de Montreal, cuyo propósito era el de reducir gradualmente los niveles de CFC expulsados a la atmósfera de forma que la cantidad anual añadida a la atmósfera en 1999 fuera la mitad de la añadida en 1986. En modificaciones posteriores de este tratado se solicitó la prohibición total de los CFC, medida que entró en vigor en enero de 1996. A pesar de esta prohibición, el cloro procedente de los CFC seguirá acumulándose en la atmósfera durante otra década. Es posible que haya que esperar hasta mediados de este siglo para que se vuelvan a alcanzar en la Antártida los niveles de ozono de los años 70.

Desde una perspectiva más global, se espera que la reducción de los niveles de ozono continúe durante varias décadas pero, gracias a las investigaciones que permitieron detectar a tiempo el problema y las medidas que se han tomado para afrontarlo, las posibles consecuencias serán menos graves de lo que podrían haber sido.

Cumbre de Kyoto

La Unión Europea, como agente especialmente activo en la concreción del Protocolo, se comprometió a reducir sus emisiones totales medias durante el periodo 2008-2012 en un 5,2% respecto de las de 1990. No obstante, a cada país se le otorgó un margen distinto en función de diversas variables económicas y medioambientales según el principio de "reparto de la carga", de manera que dicho reparto se acordó de la siguiente manera Unión Europea: Alemania (-21%), Austria (-13%), Bélgica (-7,5%), Dinamarca (-21%), Italia (-6,5%), Luxemburgo (-28%), Países Bajos (-6%), Reino Unido (-12,5%), Finlandia (0%), Francia (0%), España (+15%), Grecia (+25%), Irlanda (+13%), Portugal (+27%) y Suecia (+4%).

Por su parte, España -que, como vemos, se comprometió a aumentar sus emisiones un máximo del 15% en relación al año base- se ha convertido en el país miembro que menos posibilidades tiene de cumplir lo pactado. En concreto, el incremento de sus emisiones en relación a 1990 durante los últimos años ha sido como sigue Ministerio de Medio Ambiente de España: 1996: +7%; 1997: +15%; 1998: +18%; 1999: +28%; 2000: +33%; 2001: +33%; 2002: +39%; 2003: +41%; 2004: +47%; 2005: +52%; 2006: +52%; 2007: +48%.


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